Volverá A SONREÍR

La princesa de ojos tristes y corazón desolado volverá a sonreír.

Te aseguro que lo intenta cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo…

Sé que no es fácil arrastrar el dolor de un alma rota y el peso de un corazón congelado, pero algún día volverás a sonreír.

No importa lo largo que sea el camino, no quieras correr, sólo cierra los ojos, respira y continúa.

Te conozco y sé que a veces te resulta agotador tratar de ser tan fuerte. Tu mirada te delata.

A ratos eres guerra. A ratos eres calma. Incluso a veces, no sabes a donde ir. Pero a pesar de todo, vas a seguir, porque nunca has dejado de hacerlo y algún día volverás a sonreír.

Tu mente nublada te impide ver la luz y se te hace imposible encontrar esa paz que tanto anhelas. Lo sé, tranquila, no desesperes. Estás luchando en una batalla difícil de combatir, pero te aseguro que algún día volverás a sonreír.

Sé que la vida, TÚ VIDA, se esfumó por algún resquicio de tu castigado cuerpo. Como también sé que deseas encontrar una respuesta a tanto dolor, y que por más que lo intentas, no logras hallarla en ningún lugar. Créeme, no busques una respuesta, no la hay.

Jamás habrá una respuesta que tu corazón pueda y quiera entender, pero te aseguro que algún día volverás a sonreír.

Luchaste, de eso no hay duda, y aún así, sientes que todo aquello no sirvió de nada. Deja de castigarte, sabes que no fue así.

Hace tiempo que la tristeza se instaló en tu alma. Ésa que llora en silencio pero que yo puedo oír resonando en mi cabeza una y otra vez porque a mí también me duele. Me dueles.

Para ti ya no hay colores. Solo una espantosa oscuridad que se ha adherido en lo más profundo de tu ser, tratando de buscar desesperadamente una salida para no ahogarse en un mar de lágrimas que llora en silencio por temor al qué dirán.

Y digo yo… ¿qué importa la gente?, ¿qué importa el qué dirán?. ¿Acaso saben de tu dolor?, ¿de tus noches de insomnio?, ¿de tu amargura disfrazada de sonrisa?… Es tu lucha y de nadie más.

Así que nadie se atreva a decir que eres débil, porque no es fácil levantarse cada mañana, vestirse, y salir a la calle con una sonrisa que no es tuya. Una sonrisa por fuera pero llena de caos por dentro.

Y es que desde aquel día el reloj se detuvo para tí, y el invierno, pasó a convertirse en tu estación favorita dando, una y otra vez, continuas pinceladas de grises y oscuros a un recuerdo imposible de difuminar.

No será fácil el camino, pero algún día volverás a sonreír, y la primavera, llamará de nuevo a tu puerta para llenarte de luz con su explosión de colores. Y justo en ese instante, estaré ahí como siempre. Caminando de la mano junto a tí.

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